El envejecimiento es un proceso universal, ya que afecta a todos los seres vivos. No obstante, la forma en que se desarrolla y la secuencia de órganos afectados es heterogénea, ya que depende de los aspectos tanto biológicos como sociales del individuo, pues están mediando en su desarrollo características genéticas, hábitos individuales, nivel socioeconómico y los entornos laboral y personal. Se caracteriza por ser un proceso progresivo, tanto desde la perspectiva morfológica como funcional del cuerpo (Ilankovan, 2014).
