En un contexto caracterizado por la participación ciudadana y el refuerzo de los canales interactivos de las instituciones, la Casa Real Española se percibe como un entorno informativo altamente restrictivo: opaco, tabú y direccional. La caída de la popularidad de la monarquía obliga a la institución a replantearse el espacio relacional que comparte con los medios de comunicación que son, ante todo, los constructores de los significados simbólicos en los que se sustenta su reputación. A través del consenso de unos expertos en comunicación institucional, este trabajo ofrece algunas pautas para dinamizar el discurso informativo de la Casa del Rey. Dos ejes fundamentales identifican casi todas las recomendaciones propuestas por el grupo para reforzar el prestigio de esta institución en crisis: interactividad con la sociedad y transparencia de la gestión comunicacional.