El análisis de contenido, sobre otras técnicas de investigación, presenta como principal ventaja su flexibilidad instrumental, es decir, su extraordinaria capacidad de adaptarse a fenómenos muy diversos y a ámbitos simbólicos distantes. Asimismo, esta técnica cuantitativa iniciada en la segunda década del siglo XX, es una poderosa herramienta que ayuda a codificar sistemáticamente las propiedades de una o varias unidades de análisis. En este artículo se describe paso a paso cómo desarrollar un análisis de contenido, una tarea que se ha fijado con el fin de incentivar y de reforzar la integración de las perspectivas cuantificadoras dentro de los proyectos de investigación