Existen varias alternativas para el manejo de las taquicardias supraventriculares, algunas de ellas farmacológicas y otras no farmacológicas. Dentro de las farmacológicas, los antiarrítmicos bloqueantes de los canales del sodio, clase IC como la propafenona, han demostrado ser de alto riesgo en pacientes ancianos, por la posibilidad de precipitar el fallo cardiaco. Este caso ilustra un error de medicación consistente en un problema relacionado con la selección del medicamento antiarrítmico, en el cual el haber ignorado la alerta generada por el servicio farmacéutico, provocó una reacción adversa seria (fallo cardiaco), lo cual corresponde a un problema de seguridad completamente prevenible.