El propósito central del artículo es el de analizar qué tipo de sentimientos morales deberían despertar los testimonios de las víctimas en los miembros de una comunidad política que pretende ser democrática, incluyente y respetuosa de los derechos humanos. De la mano de Avishai Margalit, Tzvetan Todorov, Peter Strawson, Martha Nussbaum, Elizabeth Spelman y Manuel Reyes Mate, a lo largo del texto defenderemos la tesis de que las narraciones y representaciones del sufrimiento injusto padecido por las víctimas deben ser capaces de despertar una indignación y compasión informada en los ciudadanos. Para mostrar el alcance y significado de esta tesis, analizaremos dos de los problemas más serios a los que se enfrenta una política de la memoria que privilegia a las víctimas. El primero de ellos tiene que ver con las distorsiones que se pueden presentar cuando se escuchan los relatos de las víctimas y que en buena parte están ligadas a una especie de sacralidad que se les atribuye a quienes atestiguan acerca de la violencia que han padecido. El segundo problema que estudiaremos está relacionado con la manera como los miembros de una comunidad política representan dicho sufrimiento. En concreto, discutiremos las distintas formas de banalización que pueden darse entre los ciudadanos al momento de interpretar las narraciones que representan el daño. En la última parte del texto, revisaremos el testimonio ejemplar de Harriet Jacobs con el fin de mostrar de qué manera un testimonio puede generar en su audiencia sentimientos de indignación y compasión informadas.
The main objective of this article is to analyze the types of moral feelings that victims' testimonies should arouse among members of a political community that purports to be democratic, inclusive and respective of human rights. Hand in hand with Avishai Margalit, Tzvetan Todorov, Peter Strawson, Martha Nussbaum, Elizabeth Spelman and Manuel Reyes Mate, throughout the text we defend the thesis that the narrations and representations of the victims' unfair suffering should be able to arouse indignation and informed compassion among citizens. To demonstrate the scope and meaning of this thesis, we will analyze two of the most serious problems faced by a policy that privileges the victims. The first is related to the distortions that may take place when the victims' narrations are heard and that are largely associated with a kind of sacredness that is assigned to those who testify on the violence they have suffered. The second issue we will analyze is related to the manner in which the members of a political community represent said suffering. Specifically, we will discuss the different forms of trivialization that citizens may give the narrations that represent the damage. In the last part of the text, we shall analyze the exemplary testimony of Harriet Jacobs with the intention of showing how a testimony may generate informed indignation and compassion among the audience.