Las enfermedades tropicales, principalmente la leishmaniasis y la malaria, aumentaron entre el personal militar colombiano debido a las operaciones intensivas en la selva en los últimos diez años; como resultado, el ejército colombiano desarrolló importantes estrategias preventivas para la malaria y la leishmaniasis. Sin embargo, no existe conocimiento sobre la toxoplasmosis, una enfermedad emergente en el personal militar. Comparamos la prevalencia de anticuerpos IgG anti-Toxoplasma por ELISA y de parasitemia mediante un ensayo de PCR en tiempo real, en 500 soldados profesionales que operaban en la selva con un grupo de 501 soldados que trabajaban en una zona urbana (Bogotá). Encontramos que la prevalencia fue significativamente diferente entre ambos grupos de soldados (80% en soldados que operan en la selva vs 45% en los soldados urbanos, ajustado OR 11.4, IC 95%: 3.8-34, p andlt;0.0001). Todos los soldados que operan en la jungla beben agua no tratada y sin cloro o agua de río. En los soldados urbanos, estos factores de riesgo junto con comer carne de animales salvajes o comer tigrillo (gato pequeño manchado) se asociaron significativamente con una mayor prevalencia. Se encontraron lesiones tooriorrítmicas caracteristicas toxoplásmicas en 4 soldados que operaban en la jungla (0,8%) y en un soldado urbano (0,19%). Todos los soldados antes de ser desplegados en operaciones en la jungla deben someterse a pruebas de detección de anticuerpos contra Toxoplasma y recibir información de salud adecuada sobre el uso rutinario de filtros personales para purificar el agua para consumo.
Tropical diseases, mainly leishmaniasis and malaria, increased among Colombian military personnel due to intensive operations in the jungle in the last ten years; as a result the Colombian army developed important preventive strategies for malaria and leishmaniasis. However, no knowledge exists about toxoplasmosis, an emergent disease in military personnel. We compared the prevalence of IgG anti-Toxoplasma antibodies by ELISA and of parasitaemia by a real time PCR assay, in 500 professional soldiers that operated in the jungle with a group of 501 soldiers working in an urban zone (Bogotá). We found that the prevalence was significantly different between both groups of soldiers (80% in soldiers operating in jungle vs. 45% in urban soldiers, adjusted OR 11.4; CI 95%: 3.8-34; pandlt;0.0001). All soldiers operating in the jungle drink unboiled and chlorine untreated lake or river water. In urban soldiers, these risk factors along with eating wild animal meat or eating tigrillo (little spotted cat) were significantly associated with a higher prevalence. Characteristic toxoplasmic choriorretinal lesions were found in 4 soldiers that operated in the jungle (0.8%) and in one urban soldier (0.19%). All soldiers before being deployed in jungle operations should be tested for Toxoplasma antibodies and to receive adequate health information about the routine use of personnel filters to purify their water for consumption.