La gestión de las cadenas de suministro está basada en los supuestos del control, la optimización y la predicción. Sin embargo, para abordar retos como la personalización en masa, la limitación de los recursos, el crecimiento acelerado de la población mundial o la adaptabilidad en entornos cambiantes es necesario repensar la cadena como un sistema colectivo conformado por múltiples entidades que buscan su propio beneficio. La red de interacciones resultante puede dar lugar a patrones espontáneos de autoorganización que no comprendemos ni sabemos gestionar. Dentro de las posibilidades, un sistema colectivo puede llegar a exhibir características deseables como la flexibilidad, la robustez y la resiliencia. En este artículo esbozamos un modelo conceptual y tecnológico que, motivado por nociones y métodos bioinspirados, y bajo la lógica de los sistemas colectivos, permitirá una gestión más integral y orgánica de las redes (ya no de las cadenas) de suministro.