El problema del mal fue originalmente parte de los debates sobre teología y filosofía de la religión. Solo a partir de la modernidad, este problema se sitúa en un ámbito secular y se desarrolla, en especial, en las áreas de la filosofía moral, la política y el derecho. Hoy las reflexiones sobre el mal centran sus análisis en la agencia humana y en las posibles causas de acciones que son, no solamente incorrectas, sino atroces. En Fuentes del mal, doce personas, formadas en filosofía moral y en filosofía del derecho, discuten sobre las causas del daño que infringen los victimarios sobre sus víctimas; sobre las posibilidades de remediar y reparar ese daño, así como sobre las alternativas abiertas a las sociedades contemporáneas de impedir que los hechos atroces se repitan en el futuro.