Colombia sufre una grave epidemia, sigue enferma de plomonía: exceso de plomo o bala. Según el Centro Nacional de Memoria Histórica, entre 1958 y 2012 hubo 218.094 muertos por causas del conflicto armado; además, en la última década (2010-2019) se registraron 139.956 homicidios. Esta violencia no es un estado natural, sino el resultado del establecimiento de relaciones de poder en sociedad y de la dificultad de construir marcos de convivencia.La comprensión histórica colectiva del fenómeno puede encauzarlo hacia formas de resolución y convivencia pacífica. En Colombia enferma de plomonía, el autor da cuenta de cómo la evolución del Ejército de Liberación Nacional (ELN) representa la historia misma del país. El fracaso del último proceso de negociación de paz con el ELN muestra la necesidad de entender la dimensión personal y subjetiva de los subversivos (las personas hacen la historia); los factores estructurales nacionales e internacionales (las personas hacen la historia, pero en contextos determinados), y, por último, los imaginarios sociales que dan sentido a una cultura de violencia armada (las personas perciben de manera diferente los contextos: imaginarios sociales y violencia).