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Lázaro Posada Ochoa. In memoriam a un gran entomólogo nacional uri icon

Abstracto

  • El 29 de agosto pasado falleció en Bogotá, en su casa, junto a gran parte de su familia, el doctor Lázaro Posada Ochoa, mi abuelo. En la ceremonia fúnebre se recordó su amplio aporte científico a la entomología colombiana y su consolidación, tanto en el campo de la agronomía con sus investigaciones en entomología económica, como en la biología con sus aportes en la taxonomía de insectos. Nació en Caldas, Antioquia, un 12 de junio de 1930. Cursó su bachillerato en el Liceo Antioqueño y luego, en 1954, se graduó con honores como Ingeniero Agrónomo en la Universidad Nacional sede Palmira. Su tesis trató sobre la “Efectividad de cuatro insecticidas en la protección de granos de maíz almacenado contra los “gorgojos” (Sitophilus orizae L.)”. En este primer trabajo, Lázaro ya se perfilaba hacia los estudios sobre el papel de esta microfauna en los ecosistemas de cultivo y en la alimentación y sustento de los seres humanos. Su investigación de grado fue impactante teniendo en cuenta que en ese momento no existían en el país leyes ni reglamentos en cuanto a la distribución y venta de insecticidas: un problema que, a su decir, se prestaba para abusos por parte de un sentido comercial inescrupuloso. Esta labor de reglamentación y desarrollo de programas de manejo y control de plagas, unido con la paciente tarea de recolección, clasificación y descripción de insectos sería la que distinguiría, desde 1955, su trayectoria en el Instituto Colombiano Agropecuario –ICA–. Trabajando en esta institución, Lázaro Posada Ochoa, con el auspicio de la Fundación Rockefeller y de la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos, alcanzó su especialización. La segunda mitad del siglo XX fue una época en que la ciencia colombiana experimentó un potente desarrollo gracias a los importantes recursos de estos programas de transmisión de conocimiento. Es necesario señalar aquí el contexto geopolítico de la Guerra Fría donde las relaciones exteriores estadounidenses mezclaron la colaboración científica con la lucha contra “el comunismo acechante” en Latinoamérica.