Las bibliotecas académicas están enfrentando nuevos desafíos, los cuales se han visto influenciados especialmente por los cambios en los modelos de aprendizaje, la comunicación científica y las TIC, así como por los comportamientos y las necesidades de sus usuarios. Por ello, deben estar abiertas a crear modelos flexibles y adaptables a nuevos entornos educativos con un alto componente de innovación y creatividad. Sin embargo, éstas deben reconocerse dentro de las estructuras universitarias como verdaderos centros de recursos para el aprendizaje y la investigación que aportan a la permanencia estudiantil, a la disminución de la deserción, a la visibilidad institucional y al fortalecimiento de otras funciones sustantivas. Desde el contexto de la negociación, es importante tomar acciones estratégicas que promuevan iniciativas colectivas y mejores resultados frente al gran crecimiento de la industria editorial. Finalmente, los comportamientos de los usuarios del siglo XXI llevan a la necesidad de vigilar tendencias que permitan dar respuestas a corto o mediano plazo, como las citadas en los principales informes internacionales.